Michel Camilo & Tomatito: una joya a cuatro manos
Camilo y Tomatito se reunieron por primera vez en el año 2000 para grabar Spain, un álbum aplaudido por la crítica y por el público que acudió a su gira mundial de conciertos y que, por si fuera poco, también le valió un premio Grammy.
Spain Again(2006) es la continuación de ese primer encuentro entre dos gigantes de la escena musical de inicios de este siglo. Michel Camilo es un virtuoso pianista que ha incursionado en la música clásica, la composición de música para cine y en el latin jazz. Mientras que Tomatito es un célebre guitarrista oriundo de Almería (España), cuyo currículo ostenta haber estado al lado del mítico cantante de flamenco Camarón de la Isla.
El día que me quieras es el primer track de esta producción pero que no es elocuente a la hora de presentarnos el resto de los temas que se escucharán a continuación. Sin embargo al escuchar Libertango, sí podemos tener una muy buena idea de lo que podemos disfrutar a lo largo del disco: un acople perfecto entre los dos ejecutantes y un intercambio de roles casi imperceptible: mientras uno asume la parte rítmica, el solista luce con maestría todo su virtuosismo con una sensibilidad que cautiva al oyente.
Libertango es la primera pieza del conjunto de canciones que conforman un tributo al famoso compositor argentino Astor Piazzolla. En este tributo están incluidas también la preciosa Adiós Nonino -canción que dedica Piazzolla a su padre- y Fuga y Misterio. Obviamente –por no decir que es de carácter obligante dada la condición jazzista de Camilo-, el jazz también es tocado por estos dos grandes músicos en la dupla de temas Stella by Starlight y Twilight Glow.
De las composiciones originales de los intérpretes, destaca el intenso From Within, ya que esta versión –piano y guitarra- cuenta con arreglos bastante bien logrados que le denotan una particularidad bastante agradable, si la comparamos con la versión que también tocó Camilo junto a su Trío en el film de Fernando Trueba, Calle54. En esta pieza se evidencia la versatilidad de los músicos, y si no me creen escuchen con atención la parte más “latina” de la pieza, en la que Tomatito logra genialmente convertir a su guitarra en una especie de percusión.
Este gran disco no puede cerrarse de mejor manera que con Amor de conuco, compuesto por Juan Luis Guerra, quien también funge como invitado especial al colaborar con su voz en esta versión mágica cerrando así, literalmente, con broche de oro esta producción que deslumbra a quien la escucha debido a la calidad y sensibilidad de este par de músicos, que han logrado confeccionar una auténtica joya sonora para el deleite de nuestros oídos y nuestros corazones.
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