Cuando me pasan estas cosas


Suelo ir a tomarme un café cuando me pasan estas cosas. No sé por qué lo hago. Creo que es porque se me hace perfecto para pasar el momento. Ese momento en el que me siento peligroso. Ese momento que muere en cinco minutos. En esos cinco minutos que dura tomarse un café. Sólo el hecho de pedirlo, de romper con arrechera las esquinitas de las dos bolsas de azúcar y de luego revolverla lentamente mientras el calor la hace café o leche, lo hace perfecto. Aunque, si soy sincero, creo que lo tomo es por el azúcar. No quiero sonar cursi, pero el dulce logra calmarme en momentos como éste. Cuando me pasan estas cosas. Y lo sigo revolviendo, aliviando la calentera que el café también suele tener. No me crean: intenten tomarlo justo cuando se lo entregan, de seguro la lengua recibirá el justo castigo que se merece. Reconozcámoslo, como todo en la vida hay que darle un tiempito antes de meternos el primer sorbo. Llamémoslo preparación. Porque por lo menos para mí sí que lo es. Porque debo prepararme conscientemente para lo que debo hacer luego. Luego de que me tome el café hasta ver los residuos del azúcar en el fondo del vaso de plástico que de pronto se me hace insoportable. No sé por qué, pero ahora que lo veo así: vacío y con el cadáver en el fondo del azúcar, lo que me da es asco. Asco de tocarlo de nuevo aunque sólo sea para botarlo. Así tendemos a ser de desagradecidos los seres humanos. Y yo, que luego de prepararme, debo actuar. Porque ya no me siento tan peligroso. Más bien me siento indefenso. No aguanto esta vulnerabilidad de mierda que amenaza con joderme. Cuando por el contrario debo estar más fuerte que nunca, como me dicen ellos: los que no tienen ni puta idea de lo que tengo que afrontar. Pero al final tienen razón. Es lo único que debo hacer. Lo único que debo hacer cuando me pasan estas cosas.

Comments

Minos said…
Me encantan tus escritos, Victor. No lo digo por alago ni ninugan apaja parecida, sencillamente me gustan porque eres bastante tajante y consigues que el lector se identifique con lo que plasmas.

Me gustó no sabes cuanto la semejanza entre botar el vaso con asco, con el desagradecimiento de los humanos.
Muchas gracias por tus palabras Minos. La verdad es que me alegra mucho saber que puedas identificar algún sentimiento con las cosas que escribo,

un abrazo
Anonymous said…
Qué manera de describir y asociar un acto tan cotidiano y tan sencillo como es el tomarse un café con emociones que todos alguna vez hemos sentido...
Frases como "de seguro la lengua recibirá el justo castigo que se merece" o "como todo en la vida hay que darle un tiempito antes de meternos el primer sorbo" entre otras, tocan la reflexión, pero sobre todo, en mi caso, la intriga que despierta de que ca... son las cosas que te pasan !!!!
Me encantó pasar por aquí...siempre sin querer encuentro por ahí algún link que me trae de vuelta !!!!
Un super abrazo mamútico

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