Dermis Tatú: a 12 años de ese retrato urbano
12 años han pasado: Sebastián Araujo con su Bacalao Men, Héctor Castillo trabajando con David Bowie y Cerati. Y Cayayo en el cielo.
La violó, la mató y la picó (1995) fue más que un hito musical en la historia contemporánea de Caracas. Este disco que se grabó en la ciudad de Buenos Aires en 1995, es un clásico que debería evocarse, con carácter de rito, en el pensamiento de los caraqueños.
La violó, la mató y la picó fue mucho más que la ópera prima de esta banda cuyo nombre se convirtió en una patente venezolana en la escena musical de Latinoamérica; fue un retrato urbano de la juventud de la ciudad capital de esa Venezuela que dejaba de ser “saudita” a mediados de los 90. Fue la continuación a la dolorosa disolución de otra leyenda de nuestra ciudad: Sentimiento Muerto.
Estas letras que escribo, han brotado luego de ese placer que significa re-escuchar esta obra maestra del trío liderado por Cayayo. Escucho este disco y luego de tanto tiempo sigue sin dejar de sorprenderme este sonido irreverente, bohemio y, sobre todo, con ese adjetivo intrínseco de los clásicos: vigente.
Dermis Tatú no sólo fue una conjugación muy bien lograda entre punk, dark y funk; fue toda una época. Una época, que si bien tuvo un fin prematuro, sigue vibrando en los oídos de nuestra memoria, sigue viviendo en el repertorio de nuestros recuerdos.
La violó, la mató y la picó (1995) fue más que un hito musical en la historia contemporánea de Caracas. Este disco que se grabó en la ciudad de Buenos Aires en 1995, es un clásico que debería evocarse, con carácter de rito, en el pensamiento de los caraqueños.
La violó, la mató y la picó fue mucho más que la ópera prima de esta banda cuyo nombre se convirtió en una patente venezolana en la escena musical de Latinoamérica; fue un retrato urbano de la juventud de la ciudad capital de esa Venezuela que dejaba de ser “saudita” a mediados de los 90. Fue la continuación a la dolorosa disolución de otra leyenda de nuestra ciudad: Sentimiento Muerto.
Estas letras que escribo, han brotado luego de ese placer que significa re-escuchar esta obra maestra del trío liderado por Cayayo. Escucho este disco y luego de tanto tiempo sigue sin dejar de sorprenderme este sonido irreverente, bohemio y, sobre todo, con ese adjetivo intrínseco de los clásicos: vigente.
Dermis Tatú no sólo fue una conjugación muy bien lograda entre punk, dark y funk; fue toda una época. Una época, que si bien tuvo un fin prematuro, sigue vibrando en los oídos de nuestra memoria, sigue viviendo en el repertorio de nuestros recuerdos.
Comments
No se puede negar que es un icono del urbanismo actual en venezuela, y yo me tripeo a dermis tatu, es divertido.
P.D. Agradable Blog
a. O aprendo sobre gente que ni tenia idea que existían y cantaban o tocaban, o hacían de sus vidas unas notas, o;
b. Descubro que tenemos gustos -musicales y vitales- muy sincrónicos.
Estas cosas de irnos reafirmando entre amigos ¿no?
Un abrazo grande Víctor,
Un abrazo en sincrónico (porque la verdad es que detesto manejar un carro automático jeje)
¿Tendrás idea dónde podré contactar a Mano? (en caso afirmativo avisame por mi blog porfa)
Ze
Nadie ha logrado hacer tanto dentro de la escena local (sin contar los meritos fuera de estos lares... Mucha energia, Buena vibra... Talento a montón... Tuve la oportunidad de verlos hace años en Zepellin (ya extinto para variar) y fue una de las mejores vainas que he visto en esta escena.
Saludos.