Uno recuerda lo que quiere
¿Ustedes no se han preguntado por qué de repente se acuerdan de algo que creían haber olvidado? ¿A ustedes no se les ha olvidado algo que creían recordar precisamente porque pasó hace poco tiempo? ¿Ustedes no se han preguntado por qué se acuerdan de algunas cosas y por qué otras terminan en el pozo sin fondo del olvido?
En estos días me encontré con una explicación bastante sensata basada en consideraciones científicas. Desde hace un tiempo he estado leyendo un par de libros sobre el cerebro humano. Bueno, en concreto, lo que he leído es sobre el cerebro y la música, lo que pasa que muchas de las cosas que allí se explican pueden extrapolarse a muchos otros campos.
En uno de estos libros leí que cuando uno percibe algo a través de nuestros cinco sentidos por primera vez, se desarrolla un complejo proceso en el cerebro donde intervienen muchísimos elementos que siguen cierto protocolo. Imagínense una autopista con miles de canales y miles de carros, cada uno de ellos yendo hacia un destino diferente. Cada uno de estos vehículos lleva una información específica hacia determinados lugares y cada uno de estos viajes fungen como una especie de conexiones. Algo así ocurre en nuestra cabeza durante nuestras primeras percepciones.
Ahora bien, ¿qué es lo que pasa cuando recordamos eso que vimos, que olimos o que escuchamos después de un tiempo? El cerebro intenta re-crear el proceso que se dio cuando percibimos eso por vez primera. El cerebro intenta re-acordar, es decir, volver a plantear ese acuerdo entre diversos elementos, sobre lo que pasó en un principio. Re-acordar es recordar.
Lo que se conoce como "memoria sensorial" no es más que un compendio de esto que acabo de describirles. Cuando asociamos un olor o una canción a un sitio o a una persona, lo hacemos porque muchas de las conexiones que hace el cerebro incluyen esos olores o sonidos que percibimos cuando estuvimos cerca de ese sitio o esa persona.
Por otro lado, el cerebro humano almacena información por repetición. Cuando estudiamos algo que queremos aprender, tratamos de leer -literatura- o ejercitar -matemáticas- cuantas veces sea necesario para finalmente retenerlo. Lo que estamos haciendo es recordando en repetidas ocasiones eso que deseamos acumular. Estos recuerdos repetitivos refuerzan las conexiones que se hicieron en el cerebro. Es por ello que, cuando estudiamos algo con esfuerzo y dedicación, es muy poco probable que salgamos mal en un examen donde se nos pregunte eso que analizamos con tanta determinación. Lo mismo pasa con nuestras canciones favoritas: las hemos escuchado tanto -recordado tanto- que sus letras se les hicieron inolvidables a nuestros cerebros.
Volvamos a lo que nos trajo hasta acá: la propiedad de recordar algo es intencional. Mientras más recordemos algo, es decir, mientras más le ordenemos a nuestro cerebro a que imite esa primera vez que percibimos ese algo, más lo tendremos presente en nuestra memoria. Y, por lo tanto, es más difícil es que se nos olvide. No se sorprendan entonces cuando recuerdan algo que parecían haber olvidado. Si lo recordaron es porque quisieron. Y si lo olvidaron, es porque decidieron no recordarlo.
Esta explicación pudiera tener múltiples e interesantes implicaciones. Acá algunos ejemplos:
- La gente que no se acuerda de los cumpleaños de las demás personas es porque no le interesa en lo más mínimo acordarse de eso.
- Cuando comienzas a salir con alguien, es posible que ambos, para darse a conocer, conversen sobre muchas cosas personales. Si ese alguien recuerda cosas muy puntuales que le has mencionado, entonces demuestra que está muy interesado en ti. El querer recordar esas cosas que le dijiste podría implicar que también te quiere...
- Cuando una persona que dice ser tu amigo(a) "olvida" algo que considerabas muy importante para ti, entonces significa que esa persona en verdad no podría ser tan "amigo(a)" como aseguraba ser.
- Todos tenemos amigos con pasiones un tanto particulares. Esas personas que saben demasiado de béisbol, las armas que utilizaron los alemanes en la segunda guerra mundial o los hábitos sexuales de los lagartos de Nuevo México, poseen mucho conocimiento en cada uno de esos renglones precisamente porque así lo desean.
- Cuando ha pasado bastante tiempo desde que terminaste con una pareja y todavía sigues recordando cosas de ese(a) ex-novio(a), lo más probable es que todavía no hayas superado esa separación.
Ya saben. No se hagan los locos...
Todo lo que ustedes recuerdan ha sido porque así lo han querido.
Y todo lo que olvidan, también.
En estos días me encontré con una explicación bastante sensata basada en consideraciones científicas. Desde hace un tiempo he estado leyendo un par de libros sobre el cerebro humano. Bueno, en concreto, lo que he leído es sobre el cerebro y la música, lo que pasa que muchas de las cosas que allí se explican pueden extrapolarse a muchos otros campos.
En uno de estos libros leí que cuando uno percibe algo a través de nuestros cinco sentidos por primera vez, se desarrolla un complejo proceso en el cerebro donde intervienen muchísimos elementos que siguen cierto protocolo. Imagínense una autopista con miles de canales y miles de carros, cada uno de ellos yendo hacia un destino diferente. Cada uno de estos vehículos lleva una información específica hacia determinados lugares y cada uno de estos viajes fungen como una especie de conexiones. Algo así ocurre en nuestra cabeza durante nuestras primeras percepciones.
Ahora bien, ¿qué es lo que pasa cuando recordamos eso que vimos, que olimos o que escuchamos después de un tiempo? El cerebro intenta re-crear el proceso que se dio cuando percibimos eso por vez primera. El cerebro intenta re-acordar, es decir, volver a plantear ese acuerdo entre diversos elementos, sobre lo que pasó en un principio. Re-acordar es recordar.
Lo que se conoce como "memoria sensorial" no es más que un compendio de esto que acabo de describirles. Cuando asociamos un olor o una canción a un sitio o a una persona, lo hacemos porque muchas de las conexiones que hace el cerebro incluyen esos olores o sonidos que percibimos cuando estuvimos cerca de ese sitio o esa persona.
Por otro lado, el cerebro humano almacena información por repetición. Cuando estudiamos algo que queremos aprender, tratamos de leer -literatura- o ejercitar -matemáticas- cuantas veces sea necesario para finalmente retenerlo. Lo que estamos haciendo es recordando en repetidas ocasiones eso que deseamos acumular. Estos recuerdos repetitivos refuerzan las conexiones que se hicieron en el cerebro. Es por ello que, cuando estudiamos algo con esfuerzo y dedicación, es muy poco probable que salgamos mal en un examen donde se nos pregunte eso que analizamos con tanta determinación. Lo mismo pasa con nuestras canciones favoritas: las hemos escuchado tanto -recordado tanto- que sus letras se les hicieron inolvidables a nuestros cerebros.
Volvamos a lo que nos trajo hasta acá: la propiedad de recordar algo es intencional. Mientras más recordemos algo, es decir, mientras más le ordenemos a nuestro cerebro a que imite esa primera vez que percibimos ese algo, más lo tendremos presente en nuestra memoria. Y, por lo tanto, es más difícil es que se nos olvide. No se sorprendan entonces cuando recuerdan algo que parecían haber olvidado. Si lo recordaron es porque quisieron. Y si lo olvidaron, es porque decidieron no recordarlo.
Esta explicación pudiera tener múltiples e interesantes implicaciones. Acá algunos ejemplos:
- La gente que no se acuerda de los cumpleaños de las demás personas es porque no le interesa en lo más mínimo acordarse de eso.
- Cuando comienzas a salir con alguien, es posible que ambos, para darse a conocer, conversen sobre muchas cosas personales. Si ese alguien recuerda cosas muy puntuales que le has mencionado, entonces demuestra que está muy interesado en ti. El querer recordar esas cosas que le dijiste podría implicar que también te quiere...
- Cuando una persona que dice ser tu amigo(a) "olvida" algo que considerabas muy importante para ti, entonces significa que esa persona en verdad no podría ser tan "amigo(a)" como aseguraba ser.
- Todos tenemos amigos con pasiones un tanto particulares. Esas personas que saben demasiado de béisbol, las armas que utilizaron los alemanes en la segunda guerra mundial o los hábitos sexuales de los lagartos de Nuevo México, poseen mucho conocimiento en cada uno de esos renglones precisamente porque así lo desean.
- Cuando ha pasado bastante tiempo desde que terminaste con una pareja y todavía sigues recordando cosas de ese(a) ex-novio(a), lo más probable es que todavía no hayas superado esa separación.
Ya saben. No se hagan los locos...
Todo lo que ustedes recuerdan ha sido porque así lo han querido.
Y todo lo que olvidan, también.
Comments
tigo.
saludos!