El detalle es una forma genial de decir "Te quiero"
Mi abuelo y mi mamá han sido dos de las personas que más me han querido. Esta afirmación la hago apartando el obvio vínculo familiar que me une a ellos y que explicaría, entre muchas otras cosas, el por qué me han querido tanto. Lo sé sencillamente porque ambos han sido practicantes de una de las formas más poderosas que sirve para demostrar que uno quiere a alguien. Son practicantes del detalle.
Hay una frase que dice: "el detalle está en el detalle". Es decir, ya el hecho de querer demostrarle a esa persona que uno la quiere es un detalle en sí mismo. Sin embargo, eso no quiere decir que cualquier cosa que uno haga o regale entre de manera directa en la categoría de detalle. El asunto es un tanto más complicado. Valdría preguntarse entonces: ¿qué debe tener un detalle? Acá, un intento...
En Finding Forrester hay una magnífica escena en la que el personaje que interpreta Sean Connery le dice a su pupilo que "la clave para entrar en el corazón de una mujer está en dar un regalo inesperado que se da en un momento inesperado". El secreto, entonces, para enamorar una mujer está en regalarle un detalle.
La espontaneidad es una de las condiciones inequívocas del detalle. Así como se entrega en un momento inesperado, así debe surgir el detalle. Mi mamá siempre me sorprende con un chocolate. Cuando menos lo espero, saca de su cartera un paquete de Edición Especial de Savoy y me lo entrega. Siempre logra sorprenderme aunque prácticamente el acto se haya convertido en una costumbre. Siempre se lo agradezco, pues sé que es una forma muy sutil pero poderosa de expresarme lo mucho que me quiere. Lo que convierte a ese chocolate en detalle, es el hecho de que mi mamá lo haya comprado sin pensarlo mucho en cualquier panadería, con la única intención de hacerme feliz.
(De manera que cuando tratas de hacer algo para impresionar, manipular o tratar conseguir algo de alguien, esa acción está vetada de poder convertirse en detalle.)
Mi abuelo era un lector asiduo de periódico. Él siempre estaba pendiente de cualquier aviso o artículo que pudiera serle útil a cualquier de sus amigos o familiares. Si veía un aviso de algún congreso de medicina, pues le avisaba a mi mamá. Si veía uno de unas jornadas de publicidad, le avisaba a mi hermana, y así sucesivamente. En esos pequeñas acciones nos estaba demostrando que siempre nos tenía presente. Me imagino que, cuando nos avisaba esas cosas, nunca pasaba por su cabeza querer buscar algo con eso, lo único que nos estaba dando a entender era lo mucho que nos quería.
Los detalles entonces son unos verdaderos aliados del amor. Las pocas veces que me ha ido bien con las mujeres ha sido gracias a los detalles. Y, aunque bien pudiera jactarme de que mis habilidades en el terreno de la seducción, no lo podría hacer en realidad. Lo que pasa es que, cuando uno es víctima del amor, a uno sencillamente se le ocurren cosas geniales. "Ce n'est pas ma faute, c'est l'amour!"
Y es que allí precisamente es donde surge el detalle: en la ocurrencia, en la inmediatez que ofrece la espontaneidad. Claro que existe la intención de hacerle saber a esa otra persona que uno la quiere, que uno la extraña o, en todo caso, que uno la ama.
Agradezcamos entonces cuando recibamos un chocolate, una nota escrita o un video de Youtube que nos manden a nuestro email y recuerden que, si quieren regalar uno, no lo piensen mucho.
El amor se hará expresar cuando menos se lo imaginen, sólo estén pendiente cuando éste se los haga saber. Quedará ya después de nuestra parte sorprender a esa otra persona a la que indirecta, pero genialmente, le querramos decir: "Te quiero".
Hay una frase que dice: "el detalle está en el detalle". Es decir, ya el hecho de querer demostrarle a esa persona que uno la quiere es un detalle en sí mismo. Sin embargo, eso no quiere decir que cualquier cosa que uno haga o regale entre de manera directa en la categoría de detalle. El asunto es un tanto más complicado. Valdría preguntarse entonces: ¿qué debe tener un detalle? Acá, un intento...
En Finding Forrester hay una magnífica escena en la que el personaje que interpreta Sean Connery le dice a su pupilo que "la clave para entrar en el corazón de una mujer está en dar un regalo inesperado que se da en un momento inesperado". El secreto, entonces, para enamorar una mujer está en regalarle un detalle.
La espontaneidad es una de las condiciones inequívocas del detalle. Así como se entrega en un momento inesperado, así debe surgir el detalle. Mi mamá siempre me sorprende con un chocolate. Cuando menos lo espero, saca de su cartera un paquete de Edición Especial de Savoy y me lo entrega. Siempre logra sorprenderme aunque prácticamente el acto se haya convertido en una costumbre. Siempre se lo agradezco, pues sé que es una forma muy sutil pero poderosa de expresarme lo mucho que me quiere. Lo que convierte a ese chocolate en detalle, es el hecho de que mi mamá lo haya comprado sin pensarlo mucho en cualquier panadería, con la única intención de hacerme feliz.
(De manera que cuando tratas de hacer algo para impresionar, manipular o tratar conseguir algo de alguien, esa acción está vetada de poder convertirse en detalle.)
Mi abuelo era un lector asiduo de periódico. Él siempre estaba pendiente de cualquier aviso o artículo que pudiera serle útil a cualquier de sus amigos o familiares. Si veía un aviso de algún congreso de medicina, pues le avisaba a mi mamá. Si veía uno de unas jornadas de publicidad, le avisaba a mi hermana, y así sucesivamente. En esos pequeñas acciones nos estaba demostrando que siempre nos tenía presente. Me imagino que, cuando nos avisaba esas cosas, nunca pasaba por su cabeza querer buscar algo con eso, lo único que nos estaba dando a entender era lo mucho que nos quería.
Los detalles entonces son unos verdaderos aliados del amor. Las pocas veces que me ha ido bien con las mujeres ha sido gracias a los detalles. Y, aunque bien pudiera jactarme de que mis habilidades en el terreno de la seducción, no lo podría hacer en realidad. Lo que pasa es que, cuando uno es víctima del amor, a uno sencillamente se le ocurren cosas geniales. "Ce n'est pas ma faute, c'est l'amour!"
Y es que allí precisamente es donde surge el detalle: en la ocurrencia, en la inmediatez que ofrece la espontaneidad. Claro que existe la intención de hacerle saber a esa otra persona que uno la quiere, que uno la extraña o, en todo caso, que uno la ama.
Agradezcamos entonces cuando recibamos un chocolate, una nota escrita o un video de Youtube que nos manden a nuestro email y recuerden que, si quieren regalar uno, no lo piensen mucho.
El amor se hará expresar cuando menos se lo imaginen, sólo estén pendiente cuando éste se los haga saber. Quedará ya después de nuestra parte sorprender a esa otra persona a la que indirecta, pero genialmente, le querramos decir: "Te quiero".
Comments
Me encantó la forma en que pudiste describirlo.
Besos
Pau
seran detalles tambien?
cheers!
eu.
P.s: Y de acuerdo con lo que escriben arriba...como que alguien te tiene contento?? :)
Los detalles por muy pequenos que sean, hacen hermosa y grande la vida!Ademas, no dudo que alguien como tu merezca todos los detalles del mundo, incluso de la forma mas facil.
Gracias por regalarnos esos detallitos tan bellos en tus escritos que tocan elcorazon.
Yo