Vivo en Harlem
Vivo en esa zona a la que algunos se refieren como al upper upper west side -como si perteneciera efectivamente a Manhattan.
Vivo en un apartamento que queda a media cuadra del metro, cerca de dos grocery store, una farmacia y una peluquería que se adorna de globos cuando se celebra el cumpleaños de algún niño de la cuadra.
Vivo en la zona donde Bill Clinton tiene su oficina personal, donde Donald Trump piensa montar otro de sus edificios y a la que U2 le dedicó una canción.
Vivo en una zona en la que todo el mundo está orgulloso de pertenecer a ella. Vivo en una verdadera comunidad: todo el mundo se saluda, se ayuda y hasta se regaña. Vivo en una zona donde me ayudaron, aún sin conocerme, a meter el colchón y las cosas que compré para mi cuarto.
Vivo a dos cuadras de una lavandería donde las señoras de la tercera edad aprovechan para echarse los cuentos mientras doblan con esmero la ropa caliente que sacan de esas bocas de metal.
Vivo en una zona que era "roja" hace una década, pero que gracias a Rudy (Giuliani) y a Bloomy (Michael Bloomberg) se ha convertido en una de las zonas más prometedoras en el sector de bienes raíces de la ciudad de Nueva York.
Vivo en una zona donde hacen parrillas en las entradas de los edificios. Y donde se escucha música a toda hora. Vivo en una zona que parece ignorar que el humo y las ondas sonoras se propagan, afectando también a los que no han sido invitados a la fiesta.
Vivo en Harlem en un apartamento que comparto con Jamie y Pablo. Ella es norteamericana, él ecuatoriano. Ella trabaja en un hotel, hace voces para comiquitas y videojuegos y audiciona para actuar en obras de Broadway por la tarde. Él cocina en uno de los restaurantes más caros de la ciudad. Ella tiene uno de esos carácter que me han perseguido -y que he tolerado- a lo largo de mi vida. Él cocina delicias aderezadas con sal y pimienta, cocinadas con el calor que dan los fogones. Ella me puso una cortina en la ventana de mi cuarto y me dio unos cuantos ganchos para colgar mis camisas. Él me cocinó una exquisita cena de bienvenida.
Vivo cerca de un centro juvenil donde hay piscina y dan clases de yoga. Vivo en una zona donde conmemoraron por una semana entera la muerte de Michael Jackson, reproduciendo sus canciones en unos de esos estéreos plateados, con agarraderas y grandes cornetas, de esos que se colocan en los hombros mientras caminas. De esos que se me hacían extintos.
Vivo en una zona donde la gente se me queda viendo. No sé si bien o mal. Lo único que sé es que dejan de hablar cuando paso cerca de ellos. Y entonces ese silencio se me traslada en la nuca. Y es incómodo. Quizá lo hacen porque no soy negro ni blanco, quizá por mi color indeciso.
Vivo en una zona en la que soy un extraño.
En la que soy un extraño que empieza a extrañar.
Vivo en un apartamento que queda a media cuadra del metro, cerca de dos grocery store, una farmacia y una peluquería que se adorna de globos cuando se celebra el cumpleaños de algún niño de la cuadra.
Vivo en la zona donde Bill Clinton tiene su oficina personal, donde Donald Trump piensa montar otro de sus edificios y a la que U2 le dedicó una canción.
Vivo en una zona en la que todo el mundo está orgulloso de pertenecer a ella. Vivo en una verdadera comunidad: todo el mundo se saluda, se ayuda y hasta se regaña. Vivo en una zona donde me ayudaron, aún sin conocerme, a meter el colchón y las cosas que compré para mi cuarto.
Vivo a dos cuadras de una lavandería donde las señoras de la tercera edad aprovechan para echarse los cuentos mientras doblan con esmero la ropa caliente que sacan de esas bocas de metal.
Vivo en una zona que era "roja" hace una década, pero que gracias a Rudy (Giuliani) y a Bloomy (Michael Bloomberg) se ha convertido en una de las zonas más prometedoras en el sector de bienes raíces de la ciudad de Nueva York.
Vivo en una zona donde hacen parrillas en las entradas de los edificios. Y donde se escucha música a toda hora. Vivo en una zona que parece ignorar que el humo y las ondas sonoras se propagan, afectando también a los que no han sido invitados a la fiesta.
Vivo en Harlem en un apartamento que comparto con Jamie y Pablo. Ella es norteamericana, él ecuatoriano. Ella trabaja en un hotel, hace voces para comiquitas y videojuegos y audiciona para actuar en obras de Broadway por la tarde. Él cocina en uno de los restaurantes más caros de la ciudad. Ella tiene uno de esos carácter que me han perseguido -y que he tolerado- a lo largo de mi vida. Él cocina delicias aderezadas con sal y pimienta, cocinadas con el calor que dan los fogones. Ella me puso una cortina en la ventana de mi cuarto y me dio unos cuantos ganchos para colgar mis camisas. Él me cocinó una exquisita cena de bienvenida.
Vivo cerca de un centro juvenil donde hay piscina y dan clases de yoga. Vivo en una zona donde conmemoraron por una semana entera la muerte de Michael Jackson, reproduciendo sus canciones en unos de esos estéreos plateados, con agarraderas y grandes cornetas, de esos que se colocan en los hombros mientras caminas. De esos que se me hacían extintos.
Vivo en una zona donde la gente se me queda viendo. No sé si bien o mal. Lo único que sé es que dejan de hablar cuando paso cerca de ellos. Y entonces ese silencio se me traslada en la nuca. Y es incómodo. Quizá lo hacen porque no soy negro ni blanco, quizá por mi color indeciso.
Vivo en una zona en la que soy un extraño.
En la que soy un extraño que empieza a extrañar.
Comments
Somos muchos los que estamos en el camino hacia cumplir nuestros sueños y sabemos que el camino es duro y tiene sus espinas, pero siempre piensa en que al final de ese camino siempre habrá una Rosa esperando a que sea olida!.
No extrañes, ni te extrañaremos, por que los que te leemos siempre estaremos contigo y la familia siempre la llevas contigo, en tu color indeciso, en tu cabello y en esas palabras que compartes, te definen y nos hacen identificarnos contigo!..
Sé Feliz Vic..que pocos tienen la suerte de serlo....
Besos...
tqmmmmmmmmmmmmmmmmmm
anita
besos
y extraña mucho, que eso es sabroso, nosotros te seguiremos extrañando con sonrisas por acá ;)
Hoy, siendo extraño, extrañas...
Mañana dejarás de serlo y extrañaras el lugar que te era "extraño".
That´s the way it goes!
Mucho éxito!
Love you :p
Pul Gabs