La soledad, otra vez


La soledad nos sonríe.
Y nosotros le guiñamos el ojo
.
DEBORA ILOVACA


La soledad ha sido un tema recurrente en este blog.

Y lo ha sido sencillamente porque este espacio ha servido como un autorretrato de mi vida en reiteradas oportunidades. Y en mi vida, la soledad representa una parte ciertamente importante.

Pocos días antes de venirme a Nueva York, mi hermana, más a manera de sentencia que de mensaje de aliento, me dijo una de sus frases típicas -elocuentes de agudeza y de una sinceridad tan pura que raya en la crudeza-:

"A ti te va a ir bien en Nueva York porque tú eres un solitario."

Si les soy sincero, se me hace imposible contradecir o siquiera protestar el adjetivo que cierra esa contundente y acertada afirmación. Tampoco puedo dejar de pensar de que quizá una de las razones por las que me ha ido bien en una urbe tan difícil y fría como la Gran Manzana, se deba precisamente a que soy un solitario.

Sin embargo, el que sea solitario no quiere decir que no disfrute la compañía o que incluso me guste la soledad. Si me gustara, primero sería un ermitaño y segundo, tendría problemas en relacionarme con la gente. Así como reconozco que soy un solitario, también puedo afirmarles que, La perfecta dixit, no te tengo ni lo primero ni lo segundo.

Disfruto de la soledad, es verdad, pero a ratos, y también aprecio muchísimo la compañía. Una de las cosas que más he aprendido a apreciar con la distancia ha sido precisamente el valor de la amistad y de la familia.

Asimismo, socialmente hablando, no encuentro ningún problema al momento de abordar y hablar con gente desconocida. Por el contrario, me encanta conocer gente nueva y siempre disfruto una buena conversación con personas que acabo de conocer.

De todas formas, he decidido escribir una vez más sobre la soledad, pero desde una nueva perspectiva que he obtenido gracias a algunas experiencias recientes en mi vida.

He decidido no criticarla, he decidido no reprocharle más nada.

He decidido no quejarme más de estar solo.

Al contrario, incluso he decidido abrirle mis brazos. Esto no quiere decir que me haya resignado o que finalmente haya decidido afrontar la realidad y aceptar el hecho de que estoy solo porque sencillamente no tengo otra opción.

Yo lo que he hecho es decidir convivir en paz con mi soledad. (Y fíjense que hasta pronombre posesivo le he puesto. Como verán, hasta he decidido incluso apropiarme de ella.)

Y no estoy solo porque quiera. Dios y yo sabemos los múltiples intentos que he llevado a cabo para encontrar compañía. Y no me refiero con esto a que he tratado de conquistar a un montón de chicas. La soledad no puede reducirse al plano sentimental. Ella es mucho más compleja.

El hecho de estar alejado de mi familia y de mis amigos es suficiente argumento para demostrarles que en verdad, hablando claro y raspa'o, estoy solo.

Eso no quiere decir tampoco que me sienta solo. Para nada. Acá en Nueva York he conocido a gente maravillosa. Puedo decir con orgullo que he hecho nuevos amigos en el Instituto donde estudié, en la primera pasantía donde trabajé y hasta en personas que he conocido en los extraordinarios eventos a los que he asistido en esta maravillosa ciudad.

De hecho, a quien considero mi mejor amiga acá en Nueva York, la conocí gracias a este blog. Bajo el telón del anonimato bloguero se hace llamar extranjera en el 7-d, y representa un importante personaje en el elenco de mi vida neoyorquina.

La soledad tampoco es antónimo de la compañía. De ser así, ¿cuántas veces no nos hemos sentido solos al estar acompañado de un gentío?

En conclusión, estoy solo, pero no me siento solo. Es por ello que, considerando esta situación, es que he decidido llevarme bien con mi soledad. No pelearé más con ella, no me quejaré más, ni mucho menos hablaré mal de ella.

Voy a recibirla en mi vida y a reconocerla como algo que tiene bastante importancia en ella.

Voy incluso a agradecerle muchas cosas. Como el hecho de que gracias a ella es que he podido escribir muchas cosas de las que acá posteo, y que también gracias a ella es que he sabido apreciar y querer -incluso- más a mis amigos y a mis familiares.


Soledad,

Discúlpame si he llegado a herirte anteriormente y prometo esforzarme para que nuestra relación mejore.

Nos irá bien.

Por eso es que te dedico este texto y muchos otros más que seguramente vendrán.

Y, sin ánimos de sonar satírico, irónico o cínico, de todo corazón te digo:

Muchas gracias por tu compañía.

Comments

La Perfecta said…
Yo vengo a comentar porque me siento absolutamente identificada con el tema, porque me encantaría poder abrazar mi soledad con la entereza que lo estás haciendo tú y porque me encanta la sorpresa de encontrarme mencionada aquí.

Abrazos varios, solitarios y fraternarles.

Te acompaño desde este lado del monitor, siempre
Mario said…
Que escrito tan excelente Victor! Completamente identificado con lo que dices. Tienes ese don de poner en palabras lo que TANTA gente (y me incluydo) siente.

Nunca habia leido a la soledad tan bien escrita, tan querida y tan...entendida.

Un abrazo!
Pulgamamá said…
Primero que nada, te quiero!!!
Tu también eres mis mejor amigo en NY y representas una parte muy importante de mi vida y la de Licantro. De hecho, tu eres lo más cercano a familia que tengo en NY, alguien con quien se que cuento NO MATTER WHAT.
Con respecto al tema del post creo que me llevas una morena, porque la verdad es que a mi la soledad me ladilla, pero no hablo de estar sola sino de sentirme sola, de a veces sentirme aislada. A veces quisiera no extrañar tanto ni sentirme tan extranjera a todo...
supongo que es un proceso.
Bueno ya pronto nos vemos.
En dos días estoy en NY para un reencuentro con comida rica como nos gusta...
Mahe said…
Víctor!
Muy identificada.

Te menciono. Lee y entenderás lo importante de tu post en mi:

http://mahelin.blogspot.com/
Anonymous said…
Jermiiiiiiiiiiiii, me encanta cómo describes mis frases amorosas, muy acertadas, como siempre jajajaja
Antes de leer este post sabía que como los demás iba a ser genial!!! Cómo no, si empezaste nombrandome ehhhhhhh jajajaja
Ya no estamos tan lejos así que VENTE YA!!!
Te amooo y te extraño todos los días del muuuuundo!!!
LOve,
you TMTH lil sista
Sophie said…
Wow...acertado como siempre, y no sólo en tus palabras sino en la forma de recibir a tu infalible compañera.

Me has hecho pensar en la canción de Drexler que lleva por nombre "Soledad"...

Un abrazo.

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