Mente ágil, mente creativa

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Ágilmente es uno de los mejores libros sobre creatividad que he leído en el último par de años. Con un lenguaje ameno y cercano, Estanislao Bachrach, Doctor en Biología Molecular, ha redactado un interesantísimo material que compila estudios, datos, reflexiones y técnicas enfocadas en vivir una vida más creativa.

El libro es muy fácil de leer, y su enorme valor reside en cada una de las lecciones que se ofrecen acerca de cómo mejorar nuestro pensamiento creativo y cómo asumir un ritmo de vida orientado a crear más y mejor. A continuación enumeraré las notas que tomé del libro que encontré más útiles y valiosas.

La creatividad implica un esfuerzo consciente. Por eso es tan difícil pensar de manera creativa, porque implica un consumo importante de energía para nuestro cerebro. Por ello tenemos que querer ser creativos. La creatividad no es algo fácil, sino que resulta de un esfuerzo que debemos invertir si realmente queremos pensar de manera innovadora.

Pensar de manera creativa es generar asociaciones entre temas diferentes. Bachrach asegura que la novedad “está en la combinación de viejas ideas”. Steve Jobs también dijo que la creatividad se trataba de conectar. Una manera de ser creativos es intentar establecer conexiones entre elementos que a primera vista no son “conectables”. Allí radica la verdadera originalidad: en la efectiva combinación de cosas que pensábamos que no se podían combinar.

La multiplicidad de perspectivas desarrolla la creatividad. Al pensar en una idea debemos hacerlo a través de distintas perspectivas. Esta amplitud de puntos de vista le infundirá riqueza a lo que estamos tratando de inventar. Ver a un proyecto desde distintas perspectivas también nos ayudará a superar los inevitables problemas que surgen cuando creamos algo.

Para crear constantemente tenemos que recompensarnos constantemente. Cuando hacemos algo que nos gusta se libera dopamina: una sustancia asociada al placer y al bienestar. Crear es difícil, pero si buscamos la manera de que nos haga sentir bien vamos a querer hacerlo todo el tiempo. La dopamina es como un premio: si lo recibimos, vamos a querer seguir recibiéndolo.

Para una buena idea, primero tenemos que producir muchas malas. Para poder dar con algo interesante tenemos que producir muchas ideas. Y para ello debemos hacerlo sin juicios ni críticas. Mientras más ideas produzcamos, mayor será la probabilidad de que alguna de ellas sea original e interesante.

Mientras más relajados estemos, más ideas crearemos. Estudios han revelado que justo antes de la aparición del insight o la inspiración, nuestros cerebros reportan cierta tranquilidad. Para dar con ideas innovadoras tenemos que tratar de estar relajados. Es por ello que muchos artistas practican la meditación transcendental: para ganar momentos de calma y ser más creativos.

Después del insight hay una explosión de energía. Justo después de sentirnos inspirados recibimos una infusión de energía que debemos aprovechar para trabajar en la idea que acabamos de tener. Al sentirnos inspirados deberíamos olvidarnos de todo lo demás y enfocarnos exclusivamente en nuestro desafío creativo.

Las personas más creativas son las que son más conscientes de sí mismas. Los artistas más exitosos son los que mejor conocen sus propias fortalezas y debilidades. Si quieres crear mejor, debes conocerte mejor. Así que tómate tu tiempo para auto-analizarte y reconocer cuáles son tus talentos y limitaciones.

Las experiencias nuevas ejercitan nuestro cerebro. Hacer cosas nuevas agrega conexiones neuronales y refinan nuestro modo de percibir el mundo. La nueva información que procesamos mantiene a nuestro cerebro en forma. Esto se conoce como “neuroplasticidad”, que no es más que la habilidad que tiene nuestro cerebro de seguir creciendo con el tiempo. Si nos abrimos a nuevas experiencias y vivimos más, crearemos mejor.

Somos seres visuales. El sentido de la vista ocupa un cuarto del cerebro. 70% de los receptores del cuerpo también están en nuestros ojos. Sensorialmente, los seres humanos somos seres visuales. Por lo tanto, debemos afinar nuestra vista para ganar una percepción más aguda del mundo que nos rodea, y así tratar de expresarlo a través de nuestro arte con la mayor sensibilidad posible.

Cuanta más atención prestemos, más elaborada será la información que retenemos. Aprender es retener con atención. Mientras más profunda sea la atención que tenemos mientras aprendemos algo, más profundo será ese conocimiento. Creamos a partir de nuestra memoria, así que mientras mejor estén almacenados nuestros recuerdos, mejor serán las cosas que crearemos.

Cualidades de las personas creativas. Los individuos creativos cuentan con gran energía física, trabajan mucho con mucha concentración, controlan su atención, combinan juego y disciplina, son perseverantes, disfrutan más el proceso que el resultado, son muy apasionados por lo que hacen, asocian más y mejor conceptos, se preguntan todo, experimentan sin miedo al fracaso y se relacionan con personas distintas que desafían sus ideas y expanden sus panoramas.

Las emociones dictan nuestro comportamiento. Los seres humanos somos seres emocionales, así que debemos desarrollar una relación más consciente con nuestras emociones. Tenemos que tomarnos un tiempo para conocerlas y tratar de entender qué nos quieren decir. La creatividad es también una manera de expresar nuestras emociones así que mientras mejor nos llevemos con ellas, mejor serán nuestras creaciones.

Los mapas mentales son herramientas creativas. Está comprobado científicamente que aprendemos mejor cuando leemos letras acompañadas de dibujos. Los mapas mentales son muy útiles para liberar nuestro potencial creativo, ya que pueden convertirse en una expresión gráfica de nuestro pensamiento. Deberíamos habituarnos entonces a hacer mapas mentales para expresarnos. De esta forma también estaremos entrenando nuestro cerebro para que piense de una manera más creativa.

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