Cuando se irrespeta lo que no se conoce
Desde el inicio del Mundial de Fútbol Suráfrica 2010, un conjunto de destacadas personalidades de los medios estadounidenses (comediantes, actores, periodistas) se ha dado a la tarea de burlarse del fútbol.
Les parece aburrido, se quejan de que dure tanto tiempo, no le encuentran sentido a un deporte en el que un juego pueda terminar empatado, les parece absurda la sanción de la "posición adelantada".
No lo entienden.
Y no lo entienden porque les es ajeno culturalmente. De la misma forma en la que el fútbol americano lo pudiera ser para mí. Yo también pudiera argumentar, y no con poca validez, que en efecto su deporte tampoco es que sea un modelo de sensatez que digamos -aun cuando a mí me parece un deporte interesante.
Un juego de fútbol americano tiene una duración promedio de unas tres horas y media, sus reglas tampoco es que sean muy fáciles de entender y, mucho menos, perfectas. Además, tampoco creo que valga la pena tratar de buscarle mucho sentido a una disciplina en donde la idea es no dejar que el equipo enemigo avance a coñazo limpio.
En realidad, cuando uno disfruta de un deporte, uno no se encarga de teorizar sobre la existencia o no de su "sentido". Con un aceptable conocimiento de sus reglas y de lo que el equipo tiene que hacer para ganar, uno prácticamente cuenta con lo necesario para entenderlo y, por ende, disfrutarlo.
Asimismo, una de las razones por las que quizás disfrutemos tanto de un deporte está en la experiencia de pertenecer a un fenómeno colectivo. El ser seguidor de un equipo nos hace participes de un entidad superior a nosotros. Muchos sociólogos incluso afirman que esa es una de las causas que pudiera explicar la desbordada pasión que algunos hinchas manifiestan cuando apoyan a sus equipos.
La idea de este escrito no es ahondar en las cualidades sociológicas del deporte. A mí lo que verdaderamente me molesta de esta posición que mantienen algunos norteamericanos ante el fútbol, está en lo que guardan actitudes como estas: la traducción de la ignorancia en irrespeto. (Cuando el New York Post anunció la eliminación de EEUU del Mundial de Futbol, el titular rezaba: “this sport is stupid anyway”.)
No sé si mi reacción sea exagerada o si es que le estoy dando más importancia de lo que merece a todo este asunto, pero la verdad es que no les puedo negar que me molestó leer ese titular este pasado domingo.
¿Por qué se irrespeta lo que no se conoce?
A mí lo que más me preocupa, es que este mismo patrón de conducta, que consiste en que si no conoces -o entiendes- algo pues te burlas de ello y lo irrespetas, no es algo que sólo haya visto en algunas personas acá en Nueva York y en Caracas, sino que incluso es algo que he llegado a reconocer en mí mismo.
Por eso es que he decidido reflexionar y pensar en voz alta de manera pública sobre este tema. Y lo hago con la sincera esperanza de que también haga pensar a quien ahora me esté leyendo.
Creo que vale la pena tomarse unos minutos para preguntarse cuántas cosas no serían distintas en este mundo si en vez de irrespetar, nos esforzáramos por entender eso que precisamente desconocemos, eso que nos es ajeno, eso que no nos gusta, eso con lo que hasta inclusive no estemos de acuerdo.
Una de las experiencias más enriquecedoras que he vivido acá en los Estados Unidos fue cuando vi un juego de fútbol americano en la casa de un pana que vive en Nueva Jersey.
Antes de comenzar el juego, un chamo me aclaró algunas de las reglas que no entendía muy bien. El juego estuvo muy bueno. Mis panas gritaban enfurecidos cuando el árbitro cometía un error y celebraban intensamente cuando su equipo anotaba con gritos, saltos y hasta bailes. El furor era tan contagiante que incluso llegué a ligar por el equipo de mis panas. Al final, no sólo la había pasado muy bien, sino que había llegado a entender un poco más a este deporte y ser testigo de la pasión que demostraron los presentes por su equipo.
Y esa pasión, créanme, no dista mucho de la que sentí cuando veía los Caracas-Magallanes en casa de algún pana o familiar. La pasión, en ese sentido, ostenta un carácter universal, y es ese mismo vínculo emocional que nos une a un equipo el que se ve afectado por comentarios ofensivos como el que cité párrafos arriba.
¿Por qué no nos esforzamos entonces en tratar de entender algo antes de emitir cualquier juicio?
¿Cuántas peleas con nuestros propios amigos, familiares, parejas y compatriotas no habrían podido prevenirse?
¿Cuantas guerras, muertes, tragedias, no habrían podido evitarse?
¿No sería este un mundo mejor?
Les parece aburrido, se quejan de que dure tanto tiempo, no le encuentran sentido a un deporte en el que un juego pueda terminar empatado, les parece absurda la sanción de la "posición adelantada".
No lo entienden.
Y no lo entienden porque les es ajeno culturalmente. De la misma forma en la que el fútbol americano lo pudiera ser para mí. Yo también pudiera argumentar, y no con poca validez, que en efecto su deporte tampoco es que sea un modelo de sensatez que digamos -aun cuando a mí me parece un deporte interesante.
Un juego de fútbol americano tiene una duración promedio de unas tres horas y media, sus reglas tampoco es que sean muy fáciles de entender y, mucho menos, perfectas. Además, tampoco creo que valga la pena tratar de buscarle mucho sentido a una disciplina en donde la idea es no dejar que el equipo enemigo avance a coñazo limpio.
En realidad, cuando uno disfruta de un deporte, uno no se encarga de teorizar sobre la existencia o no de su "sentido". Con un aceptable conocimiento de sus reglas y de lo que el equipo tiene que hacer para ganar, uno prácticamente cuenta con lo necesario para entenderlo y, por ende, disfrutarlo.
Asimismo, una de las razones por las que quizás disfrutemos tanto de un deporte está en la experiencia de pertenecer a un fenómeno colectivo. El ser seguidor de un equipo nos hace participes de un entidad superior a nosotros. Muchos sociólogos incluso afirman que esa es una de las causas que pudiera explicar la desbordada pasión que algunos hinchas manifiestan cuando apoyan a sus equipos.
La idea de este escrito no es ahondar en las cualidades sociológicas del deporte. A mí lo que verdaderamente me molesta de esta posición que mantienen algunos norteamericanos ante el fútbol, está en lo que guardan actitudes como estas: la traducción de la ignorancia en irrespeto. (Cuando el New York Post anunció la eliminación de EEUU del Mundial de Futbol, el titular rezaba: “this sport is stupid anyway”.)
No sé si mi reacción sea exagerada o si es que le estoy dando más importancia de lo que merece a todo este asunto, pero la verdad es que no les puedo negar que me molestó leer ese titular este pasado domingo.
¿Por qué se irrespeta lo que no se conoce?
A mí lo que más me preocupa, es que este mismo patrón de conducta, que consiste en que si no conoces -o entiendes- algo pues te burlas de ello y lo irrespetas, no es algo que sólo haya visto en algunas personas acá en Nueva York y en Caracas, sino que incluso es algo que he llegado a reconocer en mí mismo.
Por eso es que he decidido reflexionar y pensar en voz alta de manera pública sobre este tema. Y lo hago con la sincera esperanza de que también haga pensar a quien ahora me esté leyendo.
Creo que vale la pena tomarse unos minutos para preguntarse cuántas cosas no serían distintas en este mundo si en vez de irrespetar, nos esforzáramos por entender eso que precisamente desconocemos, eso que nos es ajeno, eso que no nos gusta, eso con lo que hasta inclusive no estemos de acuerdo.
Una de las experiencias más enriquecedoras que he vivido acá en los Estados Unidos fue cuando vi un juego de fútbol americano en la casa de un pana que vive en Nueva Jersey.
Antes de comenzar el juego, un chamo me aclaró algunas de las reglas que no entendía muy bien. El juego estuvo muy bueno. Mis panas gritaban enfurecidos cuando el árbitro cometía un error y celebraban intensamente cuando su equipo anotaba con gritos, saltos y hasta bailes. El furor era tan contagiante que incluso llegué a ligar por el equipo de mis panas. Al final, no sólo la había pasado muy bien, sino que había llegado a entender un poco más a este deporte y ser testigo de la pasión que demostraron los presentes por su equipo.
Y esa pasión, créanme, no dista mucho de la que sentí cuando veía los Caracas-Magallanes en casa de algún pana o familiar. La pasión, en ese sentido, ostenta un carácter universal, y es ese mismo vínculo emocional que nos une a un equipo el que se ve afectado por comentarios ofensivos como el que cité párrafos arriba.
¿Por qué no nos esforzamos entonces en tratar de entender algo antes de emitir cualquier juicio?
¿Cuántas peleas con nuestros propios amigos, familiares, parejas y compatriotas no habrían podido prevenirse?
¿Cuantas guerras, muertes, tragedias, no habrían podido evitarse?
¿No sería este un mundo mejor?
Comments
los que conocen un juego o deporte y no les gusta simplemente dicen eso o al menos que especificamente les desagrada, no se burlan sin sentido.
creo que los comediantes estadounidenses buscan abrir el ya eterno debate de si el football es rudo que si el soccer es estupido, pero los anglosajones se burlan comparando el football (o egghand como le llaman para burlase) con el rugby.
el hecho que el desconocimiento de un tema genera miedo en otro grupo ajeno a este, es precisamente lo que ha iniciado los eventos mas terribles de la historia
saludos
Me encantó!!!
Me encanta cuando escribes de estas cositas jajajaja
This is why I wrote about you! Because you are my favorite relative without a doubt!!
Every day I love you more and more!!
Miss you!!!
Yout TMTH older and lil sista!
Y nuevamente gracias por estos post.que nos enseñan y hacen reflexionAr
Yo
Te extraño, ven a Chile!