Un reclamo de altura
En estos días viajé por avión y tuve la magnífica
oportunidad de escuchar una particular conversación que se dio minutos antes que
despegáramos. Un tipo, que me imagino bordeaba sus treinta años, llamaba para
despedirse de su novia. El sujeto no sólo hablaba como si nadie lo estuviera
escuchando, sino que también dijo algunas cosas que fueron ciertamente hilarantes
–y hasta conmovedoras. Acá les comparto un recuento de lo que alcancé a
escuchar.
- Hola, cariño, ¿ya te habías levantado?
-…
Bueno nada, que quería decirte que el vuelo está en tiempo y a punto de
despegar. Te vuelvo a llamar en lo que llegue a Maiquetía. Te quiero mucho.
-…
- ¿Qué pasa, cielo? ¿Y esa vocecita? ¿Estás bien?
-…
- Sí, mi vida, yo también, pero son seis días apenas. Eso pasa volando.
-…
¿Y por eso fue que no pudiste dormir bien?
-…
- Yo sé, cielo. Sí, es difícil, pero tú bien sabes que yo tengo que hacer estos
viajes cada cierto tiempo.
-…
- Ajá, ¿y entonces cómo pretendes que haga plata? Julieta, tú bien sabes que tengo
que ocuparme de los negocios que tengo allá en Caracas.
-…
- Ya va, Julieta, tú como que lo que quieres es pelear...
-…
- Coño, ¡pero si es por eso yo tampoco dormí nada! Además me siento mal del
estómago, estoy estresado por viajar a Caracas… ¿y entonces vienes y me
empiezas a formar un peo ahorita? ¿Tan temprano?
-…
- No, Julieta, ya va, porque este mismo peíto me lo formas cada vez que viajo. ¿Acaso
yo no puedo viajar en paz? ¿Tomar un avión con calma? ¿Es mucho pedir acaso?
-…
- Verga, ya te dije que tengo que reunirme con esta gente, vale, especialmente
con todo este peo ahorita armado en Caracas.
-…
- Yo sé, cielo, yo me cuido, te lo prometo, voy a estar pendiente. No me va a
pasar nada, tranquila.
-…
- ¿Ah? ¿Rosita? Coño, ¡¿otra vez Julieta?! ¡Que no me voy a ver con Rosita! ¿Cómo
quieres que te lo explique?
-…
- Mira, tú como que no estás preocupada nada por mí sino porque me vea con
Rosita, qué vaina…
-…
- Coño, que ya te dije que no. Además, ella ya no está viviendo en Caracas.
-…
- Coño, porque me lo dijo por Facebook. Digo, lo puso en Facebook.
-…
- Ah vaina, ¿y ahora yo no puedo hablar con nadie por Facebook?
-….
- Ya te dije que lo puso en su muro, puso unas fotos de unas despedidas que le
hicieron.
-…
- Coño, que yo no me metí a ver las fotos, simplemente me aparecieron en
Facebook y las vi, eso es todo.
-…
- Julieta, ¿por qué siempre son un peo estos viajes, ah? ¿Por qué siempre
tenemos que ponernos a pelear? ¿No podemos ser una pareja normal, ah? Mira,
ahorita una chama que tengo al lado se despidió de su esposo de lo más
cariñosa, le decía lo mucho que lo iba a extrañar, lo mucho que lo quería, ¿por
qué tú no me dices esas cosas?
-…
- Ah vaina, Julieta, ¿y ahora qué carajos estás diciendo? Coño, que se lo
escuché. No, no le estoy puteando, pero qué vaina contigo, coño.
-…
- Yo sí, Julieta, ¿sabes? Yo sí te quiero y sí te voy a extrañar; ¡y sí, lo
digo bien duro para que todo el mundo me escuche!
-….
- ¿Y tú? ¿Tú no me vas a decir nada?
-…
- Ah no, bueno, así obligada tampoco… Tienes que sentirlo, tiene que ser de
verdad.
-…
- Ajá, ¡así sí!
-…
- Yo también te amo. Y te voy a extrañar mucho.
-…
- Sí, te voy a llamar todos los días.
-…
- Sí, me voy a cuidar mucho, te lo prometo.
-…
- Está bien, pues, no me voy a meter en Facebook. Te dejo que ya vamos a
despegar.
-…
- Te amo.
-…
- ¡Te amo!
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